¿Cómo elegir una tarjeta gráfica? lo que debes considerar



Porque con una tarjeta gráfica independiente la calidad de fotos, videos y más mejora y cambia la experiencia.






Los chips actuales con unidad gráfica integrada tienen una excelente calidad. No sólo procesan los datos muy rápido, sino que la imagen es buena. Con ellos se puede escribir, ver fotos, videos y navegar en la red. Pero pese a ello, el rendimiento sigue siendo mejor con una tarjeta gráfica independiente. 



La gráfica integrada es "mucho mejor que la fama que tiene", afirma Martin Kuypers, de Intel. Con la última generación de procesadores se pueden utilizar hasta tres pantallas en resolución 4K, e incluso usar videojuegos en Full-HD. 


Las unidades gráficas integradas han ido mejorando generación tras generación, confirma Martin Fischer, de la revista "c't". Para un trabajo normal de oficina suelen ser más que suficientes, aunque incluso en este caso puede ser importante tener una tarjeta gráfica separada, por ejemplo si se quieren conectar más pantallas, además de la principal. 

También son útiles para quienes hacen edición de video, y con respecto a los juegos, depende de cuáles se usen. Hay algunos que se ven limitados por la tarjeta gráfica, y otros por el procesador, indica por su parte Rüdiger Kopp, de la publicación alemana "Computerbild Spiele". 

El problema es que la oferta es muy grande, hay "unas 1.400 tarjetas gráficas en el mercado", indica Fischer. "Se puede debatir durante horas cuál comprar". 
Un límite lo puede poner el presupuesto y la resolución o el monitor. "Si quiero jugar en una pantalla Full HD pero sólo de vez en cuando y no necesito acceder a toda la gama de detalles, alcanza con una tarjeta de entre 100 y 120 euros (106 a 212 dólares)", dice Fischer. Por ejemplo, la GTX 750 Ti de Nvidia o la R7 360 de AMD. 

Quien quiera el rendimiento de una consola, tiene que gastarse al menos 150 euros, opina Fischer. Por ejemplo, en la Gforce GTX 950 o la Radeon R7 370, que tienen 2 GB de almacenamiento de video. "Están al nivel de una PS4". 

Por entre 200 y 300 euros se pueden usar los videojuegos en Full HD con todos los detalles, señala Rüdiger Kopp. En esta categoría de precios, un jugador medio está bien cubierto en términos de precio y rendimiento. 

Pero quien tenga un monitor no sólo de 60, sino de 120 o 144 hercios, o quiera jugar en 4K, tendrá que desembolsar algo más. Porque la tarjeta gráfica tiene que cuadruplicar su rendimiento con el salto del Full HD al 4K. En este nivel hay que contar con entre 450 y 500 euros. Los modelos más recomendables en la actualidad son el GTX 980 o el R9 390X. Pero el nivel de precios no se acaba aquí, sino que llega incluso a más de 1.000 euros. 

Es fundamental que la PC esté preparada para la tarjeta que se quiera usar, con los enchufes adecuados, subraya Lars Weinand, del fabricante Nvidia. También el procesador principal tiene que adaptarse. Una CPU de cuatro núcleos con 3 Ghz y no más vieja de cuatro años va bien. El procesador puede ser un problema para algunos juegos si no es el adecuado, hay juegos que exigen tres o cuatro núcleos. 
Los compradores tienen que estar atentos a que la tarjeta soporte DirectX 12, recomienda Kopp, que con Windows 10 se ha convertido en el nuevo patrón. En el futuro habrá cada vez más juegos que lo utilicen o que incluso exijan tener una tarjeta gráfica que maneje DirectX 12. "Si no, ni siquiera funcionarán".

Con la última generación de procesadores se pueden utilizar hasta tres pantallas en resolución 4K, e incluso usar videojuegos en Full-HD.


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